Olvida la palabra "residencia", vuelve a llenar tu cuerpo, una tus extremidades a él de nuevo. Tapa el agujero de tu pecho, lo hablé con mi madre, no me voy, me quedo aquí, ya no me voy a otra comarca catalana.
Estaré aquí a tu lado, contigo. Será a través de una pantalla, hablando durante hora y tan cerca de ti que no podremos distinguir dónde acaba uno y empieza el otro, lo suficientemente cerca como para que si me necesitas a tu lado poder ir y viceversa. Porque contigo, y pese a toda la mierda que nos rodea, me siento realmente bien.
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